Evidencia científica sobre terapias complementarias y cáncer

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En la actualidad existen un gran número de estudios científicos que evalúan la eficacia de estas terapias en pacientes oncológicos, según certifica la Sociedad Internacional de Oncología Integrativa y el Centro Nacional para la Salud Complementaria e Integrativa (NCCIH) de los EEUU, centros de investigación de referencia a nivel internacional

Recientemente ha habido mucha controversia sobre la evidencia científica que tienen las terapias complementarias y cómo estas pueden ayudar a los pacientes con cáncer. «El problema estriba en que algunos de ellos, por desconocimiento, piensan que el reiki, la homeopatía, la acupuntura o la meditación pueden por sí mismas, sustituir a los tratamientos convencionales de quimio y radioterapia. Pero esto no es así» explica Míriam Algueró, Presidenta y Co-Fundadora de la Asociación de Oncología Integrativa.

Ofrecemos a continuación un vídeo, correspondiente a una conferencia presentada en la I Jornada de Oncología Integrativa (Málaga, 10 de junio de 2016) por el Dr. Sergio Abanades, licenciado en medicina y doctor en farmacología clínica. En él, expone la evidencia científica procedente de las guías de práctica clínica de la Sociedad Internacional de Oncología Integrativa y del Centro Nacional para la Salud Complementaria e Integrativa (NCCIH) de los EEUU. Estos organismos fueron fundados por el Gobierno de los Estados Unidos de Ámerica a finales del siglo XX para investigar el grado de mejoría en calidad de vida de las terapias complementarias que usan habitualmente los pacientes oncológicos.

Las citadas guías se basan en los resultados de revisiones sistemáticas de estudios científicos provenientes de revistas indexadas y revisadas por pares. En el caso de la acupuntura, existe un grado de recomendación 1A para el control del dolor, las náuseas y los vómitos, y un grado 1B para la xerostomia inducida por la radioterapia y los sofocos.
En cuanto a la alimentación y los suplementos nutricionales cuentan con un grado de recomendación 1B en cuanto a la evaluación de las necesidades nutricionales de los pacientes. Las guías remarcan la necesidad de usarlos con precaución y bajo supervisión médica, ya que ciertos suplementos nutricionales pueden interactuar con la quimioterapia y diferentes medicamentos.
Los grupos de apoyo, la terapia cognitiva y la gestión del estrés cuentan con un grado de recomendación 1A en cuánto a la mejora de la calidad de vida y la reducción de la ansiedad.
El yoga y la meditación (en concreto el “Mindfulness”) también disponen de un grado de recomendación 1A en cuánto a gestión del estrés y mejora de la calidad de vida de los pacientes oncológicos.
Existe un grado de recomendación 1B para las terapias “energéticas” para reducir la ansiedad y 1C para el dolor y la fatiga.
En conclusión, existen evidencias científicas de alto nivel que avalan el uso de algunas terapias complementarias en el tratamiento del paciente oncológico. Sin embargo, a pesar del nivel de las evidencias disponibles, estas terapias no están todavía plenamente integradas en los servicios de Oncología en nuestro país.

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